La vidriera olímpica del régimen chino CRISTIAN SALVI El Eco de Tandil, 10 de agosto de 2008. Es oportuno aquí plantear dos reflexiones de las muchas que pueden hacerse. En primer lugar, cómo tras la dimensión lúdica del deporte se esconden no sólo los conocidos negocios sin cuestionamientos éticos sino también una forma de publicitación de un régimen moralmente ilegítimo: esta es la relación non sancta que suele darse entre el deporte y la política. Luego, presentar la disyuntiva ética de si las empresas —como realizadoras financieras del espectáculo— deben o no patrocinar eventos organizados por regímenes que violan derechos humanos.
El deporte tiene una serie de connotaciones sociales que han facilitado su uso político. Como entretenimiento de masas —recuérdese lo del “pan y circo” romano— el deporte es un efectivo vehículo de ideología por su forma simple y extendida de acceder a un universo de personas, las que pueden recibirlo sin necesidad de grandes esfuerzos para decodificar el mensaje que llega a todos, ricos y pobres, cultos e ignorantes. Genera una cohesión social sólo comparable con un estado de guerra externa; aúna, borra por un momento la heterogeneidad (racial, religiosa, clasista) de una sociedad; provoca un falso nacionalismo, como se observa cada vez que juega la selección de fútbol.
Bien conocido es el uso que la dictadura argentina le dio al Mundial de 1978. Mientras se torturaba y desaparecía gente a poca distancia del estadio mundialista, literalmente se montó un escenario para mostrar a la “Argentina maravillosa, derecha y humana”. Vaya si ese “logro fundamental del gobierno” —como se decía— no causó euforia, acrecentada por la obtención del título.
La cuestión ética planteada en la introducción: ¿se debe patrocinar un evento organizado por un régimen totalitario que además usa el espectáculo como propaganda para ocultar sus crímenes? Desde hace tiempo algunas empresas, con tal de ingresar al tentador mercado chino, cedieron a las condiciones del régimen, como es el caso de Google que accedió a crear un buscador especial en el cual se suprimieron “temas sensibles”, o de MSN, que se comprometió a aportarle los datos de los usuarios al gobierno. Eso es traicionar el ideal ético del capitalismo porque, la verdad, esas empresas son grandes por haberse desarrollado en contextos de tolerancia y de respeto de la diversidad que cimentaron las libertades del mercado.
Obras recomendadas:
- Juan José Sebreli, La era del fútbol, 1 ed., Buenos Aires: Debolsillo, 2005, con excelentes citas sobre sociología y filosofía del deporte. Ver especialmente los capitulos 7 y 8 titulados "Fútbol y política" y "La dictadura y el fútbol. Campeonato Mundial Argentina 1978", respectivamente.
- Sobre el apoyo de algunos "liberales" a las dictaduras argentinas de Onganía y de Videla y sus sucesores y a la chilena de Pinochet, recomiendo especialmente los trabajos de Guillermo O'Donnel, quien da una interpretación sobre la asociación entre los liberales económicos y los regímenes dictaroriales. Algún día desarrollaremos sus ideas en un artículo especial.